cada vez que voy al santuario del bab,
camino hacia mi arbol favorito,
y me paro debajo de el,
mirando el mar,
disfrutando de la brisa,
y asi siento a pancho tan cerca de mi...
es nuestro lugar de encuentro,
el lugar en donde el mundo material desaparece
y nuestras conversaciones surgen,
en un idioma que no tiene palabras ni sonidos...
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